Es muy importante no confundir a los medios de comunicación como simples canales, mediante los cuales se comunica cualquier contenido. Este es un grave error: concebir que cualquier medio puede transmitir cualquier información, sea del tipo que sea. El problema se centra en el uso adecuado del lenguaje y no en el medio audiovisual.
No es necesario recordar que cada día la juventud y la niñez están expuestos a más y más mensajes audiovisuales, y que para ellos su lenguaje ya es audiovisual además de encontrarse saturados de información de diversa índole.
En un mundo de cambio veloz, complejo, simultáneo y total, una herramienta primordial es explorar las posibilidades del lenguaje audiovisual pues éste tiene la clave para nuevas posibilidades cognitivas: información, comunicación, comparación, análisis y síntesis.
Aprender el lenguaje audiovisual requiere de destrezas similares a las necesarias para leer textos escritos. Sus códigos están en gran medida indeterminados y existen diversos intentos por definirlos, interpretarlos, sistematizarlos y codificarlos. Podemos definirlo como:

El conjunto de convenciones y códigos que permiten, mediante el uso de ciertos instrumentos, un proceso social de producción y conservación para su posterior reproducción de los mensajes constituidos por imágenes y sonidos, de una o varias partes, seleccionadas de una realidad natural o construida.

Esta serie de códigos audiovisuales incluyen el proceso de percepción de las imágenes y los sonidos tanto en el ámbito físico como cultural, la identificación y reconocimiento de experiencias previas análogas, simbolismos, denotaciones y connotaciones, estructuras narrativas, elementos sonoros y elementos visuales, que hacen de su yuxtaposición lo característico de cada medio audiovisual. Otros sienten una especial atracción por la expresión “lenguaje total”, y lo identifican como el lenguaje audio-scripto-visual. Como sea, el lenguaje audiovisual va más allá de los simples códigos que emplea.

También podemos entender que el lenguaje audiovisual está constituido por un conjunto sistematizado y gramatizado de recursos expresivos que permiten estimular en el público, series organizadas de sensaciones y percepciones que se transformarán en mensajes concretos y complejos, y que además no es un lenguaje cerrado por lo que se encuentra en continua innovación integrando nuevos recursos a sus códigos.[17]

Estos mensajes son construidos, conservados y reproducidos para un público meta o target, e intentan integrar el conjunto de elementos que constituyen la trama representativa de la sociedad como un elemento de su cultura.

En general, tienden a conservar y reproducir los valores del emisor, es decir, de quienes los producen, aún cuando no siempre dichos valores tengan aceptación o vigencia para aquellos que reciben los mensajes. De ahí que los mensajes audiovisuales puedan tener como objetivo además de informar, entretener y comunicar, el de persuadir y manipular.

Cuadro 6. Doble dimensión del proceso de comunicación mediática según la teoría de la persuasión

Diseño: Giovanni M. Martínez Castillo (2005)

[17] El lenguaje audiovisual está constituido por el código gestual y otros códigos, más o menos estructurados e intencionales que iremos explicando a lo largo de este libro.