1.5 Dimensiones y códigos de lo audiovisual

La capacidad de fusión de cada uno de los elementos de los distintos lenguajes en la confección de nuevas formas audiovisuales, hace necesario avanzar en el conocimiento de la comunicación audiovisual cuyo objeto de estudio central ha de ser el lenguaje audiovisual, entendiéndolo como los modos artificiales de organización de las imágenes y los sonidos, de forma sincrónica y simultánea, que se utilizan para transmitir ideas o sensaciones, ajustándonos a la capacidad del hombre para percibirlas y comprenderlas.

La integración de lo audiovisual culmina en productos comerciales, publicitarios, propagandísticos, de entretenimiento y educativos; aunque en este último campo su tratamiento muchas veces es una prolongación del lenguaje verbal; es decir, como simples “conferencias” o discursos verbales, ilustraciones plagadas de textos e imágenes amenizadas por efectos de sonido y música de fondo sin ningún sentido entre sí, y eso se debe primordialmente al desconocimiento del lenguaje audiovisual.
La frase de que “vivimos en una civilización de la imagen” ha sido traducida por algunos autores por las expresiones “vivimos en una iconosfera,[13] de acuerdo con Ferrés: “Si vivir en la atmósfera implica respirar aire, vivir en una iconosfera implica consumir imágenes visuales y acústicas. Si la vida biológica implica respirar y saber alimentarse adecuadamente, vivir en una iconosfera implica saber ver cada imagen y saber escuchar cada sonido.”[14] Hoy cada vez más personas contemplan la vida a través de un monitor (ya sea de una televisión o de una computadora personal, sin dejar de lado otras pantallas como las del cine, los videojuegos, y las pantallas de los teléfonos celulares). Cabe reflexionar sobre si queremos vivir una vida plenamente humana, personal y libre eso exige ineludiblemente la capacidad de una lectura reflexiva y una actitud crítica de los mensajes audiovisuales a los que nos vemos expuestos día a día a través de los medios masivos.
La idea es estar educados en lo audiovisual y capacitados para educar con lo audiovisual. Para ello se ha de recibir una preparación adecuada en una triple dimensión: 1) técnica, 2) expresiva, y 3) didáctica.
Es decir, se trata de conocer lo audiovisual como tecnología específica, como forma de expresión diferenciada y como instrumento que permite ciertas aplicaciones didácticas peculiares:

La dimensión técnica, atiende el nivel operativo de cada medio y el o los canales que se emplean para intentar hacer llegar su mensaje al público meta de la manera más rápida y precisa, estableciendo un proceso de información o comunicación, según sea el caso.

La dimensión expresiva, por su parte, atiende un triple nivel: instrumental, semántico y de diseño audiovisual. a) El nivel instrumental hace referencia al conocimiento de los recursos técnico-expresivos, b) El nivel semántico hace referencia al conocimiento de estos recursos desde el punto de vista de la producción de sentido, y c) Finalmente, el nivel de diseño audiovisual hace referencia a las formas de presentación.
A la dimensión didáctica le competen las ciencias que se involucran en el estudio de lo audiovisual, desde el diseño instrumental. Por ejemplo: la Física y la Química estudian la parte tecnológica de los medios, la Ética el análisis de los valores que se promocionan en ellos, y las Ciencias Sociales, la ideología que se trasmite, el régimen legal con el que operan los medios y cómo se codifican los mensajes.

Hoy, resulta absolutamente contradictorio que en una sociedad en la que lo audiovisual se ha convertido en la forma de expresión por excelencia, no se ofrezca una formación específica en este campo. Sin embargo, si bien aquí no se abarca todo lo deseable para una educación audiovisual integral, si se ofrecen algunos criterios y líneas de acción que nos permitan conocer lo audiovisual en su doble vertiente como materia u objeto de estudio y como recurso para el aprendizaje.
Aunque veremos una aproximación al lenguaje audiovisual aplicado en los medios de comunicación y sus formas de expresión, consideremos a cada uno simultáneamente como tecnología específica, como forma de expresión diferenciada, como ideología y como medio potencialmente artístico.
En cualquier caso, fundamentalmente atenderemos de manera prioritaria la dimensión expresiva, el aprendizaje de los códigos[15] e intentaremos superar definitivamente el prejuicio de la neutralidad de las imágenes y los sonidos.
Sin el conocimiento de estos códigos, todo lo demás resulta imposible. No basta ver y oír, hay que saber “mirar y escuchar” y, sobretodo “hay que saber pensar la imagen”.[16]

Cuadro 5. Dimensiones de lo audiovisual
Diseño: G. Martínez Castillo (2005)

[13] Bonet, Eugeni (1980:104) citado en En torno al Vídeo. Gustavo Gilli, España. Hace una subclasificación de la iconosfera al describir los distintos niveles de las señales de vídeo de acuerdo con la cobertura de las estaciones de televisión y sistemas de distribución de videogramas con el término videosfera.
[14] Ferrés, Joan. (1993) La educación audiovisual, asignatura pendiente de la reforma. Universidad Ramón Llull, España.
[15] La correspondencia entre signos y significados es el código. El ejemplo más fácil de comprender es el código de circulación, en el que a cada señal le corresponde una advertencia; una prohibición, una orden. Dentro de un código, a la manera de utilizar los varios signos para transmitir mensajes o para estructurar un discurso, se le llama lenguaje.
[16] Zunzunegui, S. (1984) Mirar la imagen. Universidad del País Vasco.